sábado, marzo 07, 2009

Quién si no...





martes, marzo 03, 2009

En una plaza gris de Granada....

…la mirada de un hombre oteaba el cielo azul cortado por la silueta del campanario de la Catedral. En el extremo sur de la plaza, junto al Palacio Arzobispal, un artista recortaba esa silueta. Frente al hombre que miraba un grupo de jóvenes hippies pasaba el rato con sus perros en la escalinata de la plaza. A su derecha, casi en el centro de la plaza, los japoneses con gafas sin montura y sombreros retrataban a la soberbia catedral, con sus cámaras diminutas en sus altos trípodes. Unos jubilados alemanes, escuchaban la explicación de una joven guía, unos sí, otros simplemente se enfrascaban en una ardua lectura de unos libros azules.

Alfredo, detenido junto a una cuchillería, recordaba haber escuchado, cierta vez, en aquella plaza, un turista que le decía a su compañera que aquella era la catedral más barroca de España. No sabía por qué. Ni si aquel señor tenía alguna idea de arte. Quizás un suelo rojo o burdeos hubiese sido un hecho determinante para que aquel hombre hubiese dicho otra cosa. O hubiese callado simplemente.

Giró a su derecha, y pasando por aquel extraño callejuelo, siempre velado por aquel manco o cojo que pedía limosna. Ya no sabía qué miembro o miembros le faltaban. Pero si sabía que de alguna extremidad carecía, y que siempre permanecía allí, más sucio que el mismo suelo.

Alfredo se sentía sólo en aquella plaza llena de gente. Cada uno con su vida y con sus propios amigos. Un graznido o algo parecido le sacó de su ensimismamiento. El cojo. Gritaba y gritaba. Dos locales se le acercaron, y después desaparecieron en la plaza de las Pasiegas. Desde Bibarrambla poco o nada se atisbaba de la realidad. La gente que andaba tapeando, con sus niños y las palomas, comprando, algunos se acercaron con curiosidad al callejuelo, la puerta a la otra plaza. Y algunos niños lloraron, y los adultos se alejaban de la plaza con una cara entre repugnancia, tristeza e incomprensión. A Alfredo le asustaron sus rostros, y decidió no saber lo que había pasado y marchó a casa. Ya lo vería en el periódico del día siguiente.

Empezó a llorar aquel cielo nuboso con el que había despertado la ciudad aquella mañana. Lluvia de lado, de gotas ínfimas, pero que empapaban, que descendían de un cielo gris en diversos tonos. Y nació una acequia colorada que bajaba por los bordes de la calzada adoquinada de la calle de la Paz.


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Se aceptan y suplican lectores críticos. Dedicado al hombre que se medio mató en la sierra, pero no por culpa de un telesilla. :)

lunes, marzo 02, 2009

Qué exitazo de blog... Va a haber que buscar otras formas de expansión... :(

Cuando ésto iba a ser un post de libros... y acabó en algo extraño

Me estoy leyendo algunos cuentecillos de Edgar Allan Poe... ahora que es el bicentenario de su nacimiento... he rescatado el típico librillo de encuadernación rococó y hojas amarillas de las estanterías de "el cuarto del ordenador". Y cómo mola. Hay un relato de un tío encarcelado que me gustó demasiado... no sé por qué, pero me gustó. Y pensando en "El entierro prematuro", estoy segura de que el empeño de algunos ahora, o de todos, de que los incineren, tiene que ver mucho con esa cuestión.

El otro día (hablando de días felices) nos "colamos" en esa tienda de libros y discos usados que hay en la Calle San Jerónimo (típica tienda que despierta la curiosidad pero que nunca entras). Y me compré El Pistolero. Un poco caro para lo que había por allí, pero en la recámara lo tengo. Me encontré Verónika decide morir por 2.5 €, pero vi el otro y... aunque me lo recomendó hace dos viajes mi prima (me leí "La Fundación" por ella y "Los renglones torcidos de Dios")... opté por la ciencia ficción. De estilo Tolkien (estilo, no caigamos en el error de comparar), me leí hace na y menos "La Resistencia" de Laura Gallego. Sí. Libros de niños de 14 años, pero me voy a leer la trilogía indhunita gratis, si os parece. Se leen en un pis pas, eso es lo mejor. Ése día me prometió más de una, más de un libro interesante... ¿me acordaré? Creo que no.
Lo mejor de la tienda: Guías Pilot (un montón) y un vinilo llamado "Los grandes de la Copla". RAC.

Haber si hago un bricomanía un día de éstos y me fabrico el famoso monedero-cinta (Claire´s ha sacado una especie de versión en tela). Lo ví en designboom a unos excesivos 36 dólares, pero en mi casa hay cintas de Disney, que nadie echará en falta... y a mi abuela le racaneo una cremallera... y a mi padre el pegamento... ¡Monedero anticrisis! Hay versiones: Versión mando de una consola que no conozco, el colmo de lo friki, pero está gracioso... y otra versión Floppy, que me he encontrado por ahí... Algo cutre.

->Flickr apto para poperillos, encontrado por pura potra (tengo potra con estas cosas, aunque luego no tenga un durico pa comprar nada): minúsculas hiperrealidades plásticas.

El sabado, tras comernos un Shawarma muy bueno con tenedor y cuchillo (es que somos muy finas), concluimos: como ahora los pijos se visten como antes se vestían los indies (Vans, Converse, y frikadas tipo las de ahí arriba), ahora se irán a lo Folkie, que no Jipie de los de Melendi, cuidao. Así que ahora hay que vestirse con... ¿flecos? y escuchar Beirut y cosas mas raras para estar "In" en la vida moderna.

Nota: Acabar algún día Cien años de soledad y Cumbres Borrascosas.
Nota para el futuro: los libros de sagas familiares donde todo el mundo se llama igual... ¡No me gustan!
PD: Espido Freire me sigue cayendo mal. Pero paso de escribir algo en contra de ella. ¡Pa qué gastar bits si se pueden gastar para cosas más estúpidas y divertidas como las de ahí arriba!