lunes, abril 09, 2012

El origen

El astro dorado refulge en el cénit de la cúpula azulada que lo alberga, es único, solitario, abandonado, porque un día fue rey de todas y cada una de las maravillas cegadoras que inundan nuestro cielo y nuestros sueños. La lucha no se había definido aún, pero el primer desafío no se hizo esperar, surgió recién creado el universo, cuando aún se disputaba el orden de las galaxias y las constelaciones. Decidieron agruparlas por parejas, cada una en el punto opuesto del universo, para crear un equilibrio físico y una falsa sensación de inestabilidad, pero, las galaxias también se enamoran, también están subyugadas al poder de ese sentimiento del que no hace falta ni mencionar el corto vocablo por el que el nombrado. Y una de ellas se enamoró de la blancura de la que tenía a su lado, porque era bellísima, y todas sus estrellas vibraban y brillaban al unísono. Entonces la pareja del astro sol le abandonó y éste cubrió con su ira de fuego todo el universo, y ya el orden no se discutía, se imponía, llevando los dones más preciosos de las estrellas ante su rey absoluto. Y el más admirado era aquel que nosotros ahora despreciamos: la vida.