martes, marzo 23, 2010

IV- Los muertos no necesitan aspirina, sólo una afición que practicar.

La expresión de Saúl era fría.
Miraba el cuerpo de Amara. Desnuda, pero con la funda de la almohada atada al cuello, como un bonito foulard. Quizás había sido ese su regalo al matarla, ponerla guapa para cuando la Muerte viniese a llevársela.
-Estúpido animal. ¿Por qué no hará bien su trabajo?
Paula estaba en el otro extremo de la habitación observando todo el desorden y el cadaver, la antigua apariencia de El Asesino.
-A veces pienso que si La Muerte es tan boba es que lo que nos espera después no es gran cosa.
Saúl respondió con un murmullo de suficiencia.
-Supongo que el hecho de que ambos tengan un tiro en el pecho no es casualidad. Qué rencoroso es nuestro Eric.
Los rodeaban un grupo de policías que hacían fotos en el escenario del crimen.

***

Me había colado en los almacenes de la Comisaría de Sant Martí no con mucho esfuerzo, de hecho, había sido bastante fácil. En la estantería de los recién archivados, ahí estaba yo. "A.Parells-Desconocido". Yo seguía siendo Max Nájera, sólo que con otra foto en el DNI.
Empecé a rebuscar en la caja y encontré las fotografías del escenario. Ahí estábamos yo y Amara tendidos en el suelo, tan apacibles.
Y pude acariciar de nuevo a Paula, aunque fuese sólo en una imagen y sin su verdadera apariencia de mujer desorientada. Y Saúl. Vi aquella mirada. Insensible. Ya no era sólo a mí, sino también la que le echaba a Amara. No tenía derecho a aquello. A despreciar a alguien a quien yo había amado, aunque lo hubiese hecho más después de muerta que cuando aún su corazón latía. No tenía derecho a eso. Me ofendía. Aunque se que ese era su objetivo. ¿Sabría que yo miraría las pruebas del caso?

***
-Sí, acabo de ver a un hombre salir ,vestido con un traje oscuro, ha desencadenado su bicicleta de uno de los bancos y se ha ido sin más. Yo estaba echándome un cigarro, que para mantener el vicio tengo que aguantar el maldito frío de Barcelona, ¿sabe?

Saúl y Paula salieron de la comisaría con la caja de Parells bajo el brazo. Amara era la sobrina-nieta de Saúl, nieta del único de sus hermanos que había sobrevivido a la Guerra.



Parecía que Eric consideraba un deporte asesinar a los familiares vivos de sus antiguos amigos. Después de haber ejecutado a la su propia familia.

PHOTO: SAUL LANDELL